EL EROS ELECTRONICO.
Es hoy una evidencia que la industria está basada en la tecnología, pero es activada por el poder financiero, que a su vez, se moviliza por la expectativa de beneficios económicos, en razón que sus productos industriales satisfagan deseos y apetencias colectivas, que a veces son generados o acelerados artificialmente por tales industrias.
Por otro lado, el hombre no puede vivir sin emociones ni sentimientos, cuyas representaciones constituyen precisamente la materia prima de la mayor parte de las industrias culturales que manufacturan y difunden ficciones audiovisuales, entretenimiento y publicidad. Pero el más importante análisis de estos contenidos revela, sin asomo de duda, que existe un déficit emocional masivo en la sociedad postindustrial e informatizada y que esta carencia intenta paliarse artificialmente con textos, imágenes y sensaciones inventadas que tratan de reemplazar la vida por una seudovida consoladora. De nuevo, la flor natural ha sido reemplazada por la flor de plástico.
Y también tengamos en cuenta lo siguiente, en nuestra sociedad, todo se ha convertido en algo electrónico, de diferentes maneras, lo podemos ver hasta en los supermercados, los pagos que hay que hacer mes con mes, o simplemente algunas compras de discos o comida, todo hace que dé a fuerza usemos la tecnología avanzada y que además consumamos estos productos.
Solo hagamos un recuento de las cosas que ha cambiado, por ejemplo, hoy en día el que tengamos un celular que se conecte a Internet es indispensable, si vemos a alguien con un teléfono al cual lo catalogamos como un ¨ladrillo¨ le decimos a esa persona que es importante que se ponga al corriente con la alta tecnología, porque si no pueden comunicarse y está fuera de ese círculo social. También, los pagos que antes íbamos a hacer a los bancos o las cosas que teníamos que ir a comprar hasta la tienda en efectivo se han olvidado, porque ahora lo podemos hacer mediante transferencias por Internet, por tanto nos han vuelto también más flojos en diferentes cosas, como pagos, transferencias, compras, etc. Ha cambiado tanto que seguramente no tardaremos en tener un robot que nos dé de comer y que además nos bañe, porque solo falte eso.
El Eros electrónico también nos habla de un ocio, el cual más que nada nos damos cuenta en este nuestro país, y es que nosotros como personas a veces somos capaces de dar hasta la vida con tal de no hacer las cosas, en este caso los que trabajan hacen lo que sea con tal de que tengan una disminución de ese tiempo que ocupan para trabajar y por ende quien entra en ese momento son aquellas empresas las cuales nos sugieren que hacer en nuestros tiempos libre, porque de algo tiene que sacar dinero, como siempre, y por qué no hasta por eso tenemos la televisión y que además hasta nos imponen diversas cosas, que nos generan una ilusión en el ser humano, lo podemos resumir como que la televisión lo único que hace es satisfacer nuestros deseos, porque el ser humano no le gusta su realidad así que la fuga primordial es esta, la tele.
Pero que pasan en la tele, pues claro aquella imágenes que nos tiene que vender e incitar a algo, y como a veces no nos resultan atractivas y muy planas, pues tiene que subir aquella intensidad y volverlas eróticas, para que jale y es que si esto tiene pegue pues hace que las personas vean estas imágenes eróticas como el sexo ideal y eso es lo que conviene. Pero como la función de la televisión es llenar los vacíos de las personas que tiene tiempo libre, pues a veces no nos queda de otra más que sentarnos en nuestro sillón, con palomitas y unas cuantas personas a nuestro lado para que podamos satisfacer diversas cosas que seguramente nos queremos deshacer.
Desde que Aristóteles proclamó que el hombre es un animal social, los científicos han aprendido mucho acerca de su naturaleza, sus necesidades, sus expectativas y sus carencias. En concordancia con aquel principio biosocial, los filósofos y los antropólogos han establecido que, a diferencia de los restantes animales, el medio natural del hombre es el medio cultural. El Homo sapiens es también Homo faber y Homo symbolicus. Pero, precisamente, por serlo, debe valorar críticamente el significado y las funciones de los ingenios que inventa, porque las cosas inventadas raramente se des inventan, como han demostrado trágicamente la bomba atómica o las bombas químicas y bacteriológicas.
Es hoy una evidencia que la industria está basada en la tecnología, pero es activada por el poder financiero, que a su vez, se moviliza por la expectativa de beneficios económicos, en razón que sus productos industriales satisfagan deseos y apetencias colectivas, que a veces son generados o acelerados artificialmente por tales industrias.
Por otro lado, el hombre no puede vivir sin emociones ni sentimientos, cuyas representaciones constituyen precisamente la materia prima de la mayor parte de las industrias culturales que manufacturan y difunden ficciones audiovisuales, entretenimiento y publicidad. Pero el más importante análisis de estos contenidos revela, sin asomo de duda, que existe un déficit emocional masivo en la sociedad postindustrial e informatizada y que esta carencia intenta paliarse artificialmente con textos, imágenes y sensaciones inventadas que tratan de reemplazar la vida por una seudovida consoladora. De nuevo, la flor natural ha sido reemplazada por la flor de plástico.
Y también tengamos en cuenta lo siguiente, en nuestra sociedad, todo se ha convertido en algo electrónico, de diferentes maneras, lo podemos ver hasta en los supermercados, los pagos que hay que hacer mes con mes, o simplemente algunas compras de discos o comida, todo hace que dé a fuerza usemos la tecnología avanzada y que además consumamos estos productos.
Solo hagamos un recuento de las cosas que ha cambiado, por ejemplo, hoy en día el que tengamos un celular que se conecte a Internet es indispensable, si vemos a alguien con un teléfono al cual lo catalogamos como un ¨ladrillo¨ le decimos a esa persona que es importante que se ponga al corriente con la alta tecnología, porque si no pueden comunicarse y está fuera de ese círculo social. También, los pagos que antes íbamos a hacer a los bancos o las cosas que teníamos que ir a comprar hasta la tienda en efectivo se han olvidado, porque ahora lo podemos hacer mediante transferencias por Internet, por tanto nos han vuelto también más flojos en diferentes cosas, como pagos, transferencias, compras, etc. Ha cambiado tanto que seguramente no tardaremos en tener un robot que nos dé de comer y que además nos bañe, porque solo falte eso.
El Eros electrónico también nos habla de un ocio, el cual más que nada nos damos cuenta en este nuestro país, y es que nosotros como personas a veces somos capaces de dar hasta la vida con tal de no hacer las cosas, en este caso los que trabajan hacen lo que sea con tal de que tengan una disminución de ese tiempo que ocupan para trabajar y por ende quien entra en ese momento son aquellas empresas las cuales nos sugieren que hacer en nuestros tiempos libre, porque de algo tiene que sacar dinero, como siempre, y por qué no hasta por eso tenemos la televisión y que además hasta nos imponen diversas cosas, que nos generan una ilusión en el ser humano, lo podemos resumir como que la televisión lo único que hace es satisfacer nuestros deseos, porque el ser humano no le gusta su realidad así que la fuga primordial es esta, la tele.
Pero que pasan en la tele, pues claro aquella imágenes que nos tiene que vender e incitar a algo, y como a veces no nos resultan atractivas y muy planas, pues tiene que subir aquella intensidad y volverlas eróticas, para que jale y es que si esto tiene pegue pues hace que las personas vean estas imágenes eróticas como el sexo ideal y eso es lo que conviene. Pero como la función de la televisión es llenar los vacíos de las personas que tiene tiempo libre, pues a veces no nos queda de otra más que sentarnos en nuestro sillón, con palomitas y unas cuantas personas a nuestro lado para que podamos satisfacer diversas cosas que seguramente nos queremos deshacer.
Referencia:
Gubern R. (2000); La hogarótica y las estrategias del erotismo en El eros electrónico, Madrid, Santillana, 155-186.
La televisión es más nuestro
cómplice a la hora de entretenernos y nuestro verdugo a la hora de educarnos.
Es responsabilidad de nuestra generación cambiar nuestros hábitos de
entretenimiento y decir a los programadores que es lo que queremos.
“Los diferentes medios de comunicación nunca serán un sustituto para la
cara de alguien que alienta con su alma a otra persona a ser valiente y
honesta”. Charles Dickens.
En la historia de la humanidad
siempre han existido relaciones entre los individuos, claro que éstas se han
transformado con el devenir de la evolución
del hombre, pero esto no es fortuito, pues su causa ha sido entre otras
cosas la gran influencia que ejerce sobre cualquiera de nosotros los avances
tecnológicos, es así como la tecnología cumple un papel importantísimo en
nuestra cotidianidad, pero la forma en que nos ha hecho modificar nuestros hábitos y nuestras relaciones con los demás ha sido radical.
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